Internet y los movimientos sociales

Internet es una puerta abierta que nos ofrece miles de alternativas, pero fundamentalmente es una red que la utilizamos como medio de comunicación. Por medio de él, podemos difundir ideas, valores, opiniones, cultura, y gracias a esto podemos formar parte de movimientos sociales, dentro y fuera de la red. Así lo dice Manuel Castells, en su artículo “Los movimientos sociales en internet”.
¿Por qué dentro y fuera de la red? Es muy sencillo, no podemos defender un valor, sin sentirlo, ni tampoco formar parte de un movimiento sin coincidir con su fundamentación. Desarrollamos nuestras ideas en el mundo físico a través de las experiencias vividas en relación con las personas que forman parte de la sociedad; y a partir de ello, construimos relaciones de lazos fuertes con las personas que piensan o sienten igual a nosotros. A partir de la afinidad con las mismas, se puede formar una comunidad.
Las comunidades realizan diferentes tareas dentro de las sociedades, y al utilizar internet para difundir sus principios pasan a denominarse comunidades virtuales. Pero… Hay un paso que diferencia la comunidad y los movimientos sociales, los movimientos tienen como objetivo el cambio social, que es su utopía. Y en internet, los movimientos sociales son llevados a cabo por distintas comunidades virtuales.
Como internet es una puerta abierta a miles de posibilidades, hay páginas que ofrecen distintas comunidades para participar, organizadas sobre distintos temas en la red argentina. Depende de cada uno ser parte de algún movimiento feminista, obrero, etc.
Pero…. ¿Lograrán con su objetivo? Lo que he observado que grandes movimientos sociales como Greenpeace está cada vez más presente en nuestro entorno. Están logrando con su lucha ecologista, concientizar a la población con el cuidado del medio ambiente. Un ejemplo son las papeleras en Gualeguaychu y el apoyo de Greenpeace con su lema “Yo voy: El 30 de abril en Gualeguychu”. Aunque la pregunta no se contestará en este tiempo, porque cambiar el mundo es nuestro presente y fue el presente de miles de generaciones anteriores, tal vez siga siendo el lema de mucha más.